Hay que optar por técnicas de cocinado sanas, comer raciones justas, moderar la ingesta de alcohol, hacer ejercicio y planificar una lista de la compra ajustada a lo necesario, aconseja la doctora Glenda Bautista, especialista en Medicina Interna y máster en Nutrición y Dietética del Hospital Perpetuo Socorro.
Llega la Navidad y con ella son prácticamente inevitables los excesos alimenticios y alcohólicos que pueden llegar a provocar trastornos digestivos. Por ello, es recomendable adoptar una serie de pautas que permitan mantener una correcta salud digestiva durante estas fechas.
Y es que el exceso de comida puede desembocar en empachos o indigestiones, molestos trastornos digestivos debido en parte a la gran cantidad de comida que ingerimos sobre todo en estas fechas, sumada a las formas de cocción. Desde fritos a salsas, picantes o platos elaborados con muchas especias, como la pimienta, pimentón o los alimentos ricos en grasas junto con el abuso de bebidas como el alcohol, el café o las bebidas carbonatadas que pueden conllevar ciertas patologías digestivas y en cualquier caso requerir de una mayor esfuerzo al sistema digestivo para su asimilación.
Los horarios también contribuyen a los problemas digestivos. «Respecto a los horarios de la ingestión de ciertos alimentos cabe destacar que se toleran mejor los hidratos de carbono por la mañana, al igual que retrasar la hora de la comida principal predispone a una mayor ganancia de peso. Con frecuencia, cuando se habla de los hidratos de carbono (pasta, pan, arroz, cereales o legumbres) la idea generalizada es que engordan y no deben ingerirse. Pero todos estos hidratos de carbono aportan nutrientes al organismo, así que lo importante es saber cómo combinarlos con otros alimentos», asegura la doctora Glenda Bautista Suárez, especialista en Medicina Interna y máster en Nutrición y Dietética de Hospital Perpetuo Socorro.
Estas comidas excesivas alteran nuestra dieta habitual y con ello el incremento de peso durante estas fiestas navideñas. Hay que saber decir que no y evitar las excusas, que son muy recurridas en estas fechas para autojustificar los excesos más allá de lo razonable.
Asimismo, para evitar estos atracones debemos tener presente ciertas pautas como el uso de técnicas de cocinado saludables como al vapor, a la plancha o al horno; comer raciones justas y una lista de la compra planificada y ajustada a lo necesario para no comprar en exceso. «Un truco al hacer la compra es acudir al supermercado después de haber comido ya que la sensación de hambre puede provocar que se compren más productos de los necesarios», apunta la doctora Bautista.
También es de gran utilidad planificar los menús, y no únicamente en estas fechas en las que se dan tantas comidas y cenas entre compañeros, familias y amigos. Y si es posible, elegir platos bajos en calorías y apostar por pescados como la lubina, la merluza o el salmón en vez del cerdo o el cordero.
En definitiva comer con moderación, evitando grasas saturadas y alimentos procesados, y hacer ejercicio de forma regular según la tolerancia de cada persona son la clave del bienestar, la longevidad y la prevención de enfermedades. Y evitando los remordimientos tras las fiestas navideñas con un buen plan de acción al concluir las mismas.
Por su parte, el consumo de alcohol, que en estas fechas se suele acentuar conlleva un fuerte contenido calórico y grandes cantidades de azúcar en el organismo. No en vano, la ingesta elevada de alcohol, las comidas hipercalóricas o el picoteo abusivo son algunos de los clásicos asociados a la Navidad. Y por supuesto todo ello comporta una serie de desequilibrios nutricionales por los que, tras las fiestas, es preciso volver a los buenos hábitos, eso sí, de forma racional.
En este sentido, «de igual manera que lo que comes puede dar lugar a acidez o indigestión, la alimentación también puede ser tu aliada, por eso es importante conocer qué es lo que mejor o lo que peor sienta a tu estómago. De ahí que frutas como la manzana, la papaya o productos como el calabacín, la calabaza o la papa, en su versión hervida o asada, sean opciones de alimentación que favorecen la digestión y previenen el ardor estomacal».
Es fundamental recordar asimismo que para mantener una dieta equilibrada no hay que comer menos, sino mejor. La comida real no lleva etiquetas. Y es importante no obsesionarse, no pesarse cada día y no pretender perder esos kilos ganados en Navidad en una o dos semanas tras su finalización, pues lo que no hay que perder en ningún momento es la salud, sino mejorarla. Él éxito será la combinación de alimentación saludable y ejercicio a largo plazo, con una dieta que genere una buena adherencia y un sistema de entrenamiento adaptado a nuestras necesidades.
Y tras terminar las fiestas, «las promesas de mejora que nos hacemos en los primeros días del año pueden traer consigo la elección de las llamadas dietas milagro para perder peso rápido en una semana o en poco tiempo. Este tipo de dietas suelen ser desequilibradas y la falta de un grupo de alimentos provoca grandes trastornos alimentarios», alerta la internista. Muchas ofrecen una pérdida de peso ilusoria, además de proporcionar regímenes de adelgazamiento sin pasar hambre, y sin sensación de privación que hace difícil no sucumbir ante este reclamo. Hay que tener en cuenta que un cambio tan rápido en la alimentación lleva indefectiblemente a sufrir el efecto rebote.
En definitiva, lo más aconsejable es seguir dietas equilibradas y una magnífica guía a seguir es la dieta mediterránea que incluye verduras, pescados, frutas y el aceite de oliva virgen extra. De ahí el secreto de la dieta mediterránea, la variedad, concluye la especialista en Medicina Interna y máster en Nutrición y Dietética de Hospital Perpetuo Socorro.
Fuente:www.canarias7.es