Los retos actuales en depresión y trastorno bipolar han sido el eje central de la ‘Jornada Lundbeck de Trastornos Afectivos’, en el que se señaló la recuperación funcional del paciente tras el tratamiento como uno de los principales desafíos en el abordaje de estas patologías mentales.
Para el doctor Guillermo Lahera Forteza, investigador en el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud mental (CIBERSAM) y participante en la jornada, entre los principales retos en depresión se encuentra la necesidad de “conseguir mayores tasas de respuesta y remisión. Todavía las cifras son insuficientes y sigue habiendo pacientes refractarios, es decir, que no responden a sucesivos intentos de tratamiento. En segundo lugar, alcanzar una plena recuperación funcional, no sólo la desaparición de los síntomas”.
Además, Lahera explica que “a veces el paciente nos cuenta que algo cambió con el episodio depresivo, y que no se siente como era antes”. Además, señaló como importante “la eliminación del estigma de la depresión, la ‘etiqueta’ que la sociedad vincula a la enfermedad y que es profundamente devaluadora y degradante. Lamentablemente, sigue existiendo”.
Por otra parte, el coordinador de la jornada e investigador del CIBERSAM, el profesor Eduard Vieta, aseguró que los actuales desafíos en trastorno bipolar pasan por “descubrir nuevas herramientas terapéuticas (farmacológicas, psicoterapéuticas y de cualquier otra índole) y aprovechar mejor las disponibles, poniéndolas al servicio de nuestros pacientes e involucrando a su entorno de la forma más adecuada”. “Personalizar el diagnóstico y el tratamiento hasta hacer un traje a medida de cada paciente”, según puso de manifiesto Vieta.
Eliminar también los síntomas residuales
Según recuerda la compañía farmacéutica Lundbeck, la depresión es “una enfermedad mental compleja, multidimensional y heterogénea compuesta por síntomas afectivos (tristeza, ansiedad, irritabilidad, bajo estado de ánimo, desesperanza…), cognitivos (dificultades de atención y concentración, de memoria, de toma de decisiones y planificación, etc.) y somáticos (fatiga, cambios en el apetito y peso, alteraciones del sueño, dolor de cabeza, problemas estomacales…). Su principal y más grave complicación es el suicidio”.
Entre los síntomas cognitivos más habituales en la depresión se encuentran las dificultades de atención y concentración, de memoria, de toma de decisiones y planificación, etc. Según el doctor Lahera, “estos síntomas tienen una gran repercusión, por ejemplo, en el rendimiento laboral y en el funcionamiento del día a día. Afortunadamente, la mayoría desaparecen al remitir la depresión, pero a veces pueden persistir en forma de síntomas residuales. La erradicación de estos síntomas cognitivos residuales es clave para alcanzar la recuperación, que se logra cuando la vida del paciente en conjunto es como era antes de la depresión”.
“Lo que nuestros pacientes y sus familias desean no es solamente o meramente mejorar su estado de ánimo, sino, en último término, regresar a su vida anterior y poder trabajar, estudiar, formar una familia, etc.”, determinó Eduard Vieta.
FUENTE: www.actasanitaria.com