Un estudio internacional revela la correlación entre esquizofrenia, depresión o déficit de atención, algo que no ocurre en el caso de enfermedades neuronales como el Alzheimer o el Parkinson
Suele ser común en determinadas familias la mayor prevalencia de trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, la depresión o el déficit de atención. Ahora, un estudio internacional ha confirmado la base genéticacomún a este tipo de diagnósticos, una correlación que no se da en la misma medida en el caso de los trastornos neurológicos como la enfermedad de Alzheimer o el Parkison.
«El riesgo genético común para los trastornos psiquiátricos se correlacionó significativamente, especialmente entre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno bipolar, el trastorno depresivo mayor (TDM) y la esquizofrenia. Por el contrario, los trastornos neurológicos son más distintos entre sí y de los trastornos psiquiátricos, a excepción de la migraña, que se correlacionó significativamente con el déficit de atención y la depresión», señala la investigación publicada en la revista ‘Science’ y en la que han participado el Instituto de Investigación Vall d’Hebron (VHIR-UAB), el Centro de Regulación Genómica (CRG), el Hospital Mútua Terrassa, el Hospital de Sant Pau, el Instituto Catalán de la Salud (ICS), el Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas y la Universidad Internacional de Cataluña (UIC).
«Demostramos que, en la población general, la inestabilidad emocional de rasgos de personalidad se correlaciona significativamente con casi todos los trastornos psiquiátricos y migraña», concluye el estudio, llevado a cabo mediante el análisis de los datos de asociación del genoma de 265.218 pacientes y de 784.643 individuos sanos bajo control, así como de 17 fenotipos de un total de 1.191.588 individuos, para cuantificar el grado de superposición de los factores de riesgo genéticos de 25 trastornos cerebrales comunes.
Asimismo, la investigación también identificó el intercambio genético significativo entre los trastornos y los procesos cognitivos de la vida temprana como los años de educación básica y los logros universitarios, demostrando una correlación positiva con varios trastornos psiquiátricos como anorexia nerviosa y trastorno bipolar y la correlación negativa con la enfermedad de Alzheimer y el accidente cerebrovascular isquémico, aunque estos últimos se consideran resultado de procesos específicos que ocurren en etapas más avanzadas de la vida.
De esta manera, la investigación concluye que aunque se necesitan más estudios para evaluar si las contribuciones genéticas superpuestas a la patología psiquiátrica pueden influir en las elecciones de tratamiento. No obstante, tales desarrollos pueden allanar el camino hacia una menor heterogeneidad y un mejor diagnóstico y tratamiento de los trastornos psiquiátricos.
FUENTE: www.diariovasco.com