Más del 70% de los pacientes con depresión que responde al tratamiento sigue presentando síntomas cognitivos como dificultades de atención, concentración, memoria o toma de decisiones.

La personalización del tratamiento y la recuperación funcional de los pacientes son los dos ejes fundamentales sobre los que pivotan los retos actuales en enfermedades como el trastorno bipolar y la depresión. Así lo han asegurado este jueves en la Jornada Lundbeck de Trastornos Afectivos el profesor Eduard Vieta, jefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona y director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), y el doctor Guillermo Lahera Forteza, investigador de la misma institución y profesor de Psiquiatría y Psicología Médica en la Universidad de Alcalá.

Los pacientes de estas enfermedades “se recuperan de los síntomas, pero no al cien por cien”

En un encuentro con periodistas en Barcelona, que ha precedido a la celebración del XVIII Simposio sobre Trastornos Bipolares de este viernes, ambos expertos han coincidido en que la medicina en salud mental se debe hacer de forma personalizada, como “los trajes a medida”. Por su parte, el doctor Vieta explica que los pacientes de estas patologías “se recuperan de los síntomas, pero no al cien por cien”.

DESAFÍOS ACTUALES

El profesor Lahera destaca que entre los principales retos de la depresión se encuentra “la necesidad de conseguir mayores tasas de respuesta y remisión. Todavía son cifras insuficientes y sigue habiendo pacientes refractarios, es decir, que no responden a sucesivos intentos de tratamiento. En segundo lugar, alcanzar una plena recuperación funcional, no solo la desaparición de los síntomas. A veces el paciente nos cuenta que algo cambió con el episodio depresivo y que no se siente como era antes”. El propio investigador del Cibersam añade el último reto de esta patología, que es “la eliminación del estigma de la depresión, la etiqueta que la sociedad vincula a la enfermedad y que es profundamente devaluadora y degradante. Lamentablemente, sigue existiendo”.

Por su parte, los actuales desafíos en trastorno bipolar pasan por “descubrir nuevas herramientas terapéuticas, ya sean farmacológicas, psicoterapéuticas o de cualquier otra índole, y aprovechar mejor las disponibles, poniéndolas al servicio de nuestros pacientes e involucrando su entorno de la forma más adecuada”, explica el jefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona a ConSalud.es.

LA COGNICIÓN EN DEPRESIÓN Y TRASTORNO BIPOLAR

La cognición es clave en el trastorno bipolar porque “se relaciona directamente con la funcionalidad”

La depresión es una enfermedad mental compleja, multidimensional y heterogénea compuesta por síntomas afectivos como la tristeza, la ansiedad, el bajo estado de ánimo o la desesperanza; cognitivos como dificultades de atención, concentración o memoria y somáticos, como pueden ser la fatiga, los cambios en el apetito, la alteración del sueño o el dolor de cabeza. Una patología que, tal y como señala el doctor Lahera, “tiene una carga hereditaria importante”.

“El paciente con depresión se siente desproporcionalmente triste, decaído, sin fuerzas ni ganas de realizar actividades, inseguro y con frecuentes pensamientos negativos sobre sí mismo, el pasado y el futuro. Puede considerar que es una carga para los demás, alguien sin remedio ni opciones para avanzar o mejorar”, explica el profesor Lahera Forteza. Y es que más del 70% de los pacientes que responde al tratamiento sigue presentando síntomas cognitivos, siendo uno de los signos más prevalentes.

La cognición es, además, un aspecto clave en el trastorno bipolar porque “se relaciona directamente con la funcionalidad. Es decir, más que la clínica tradicional de los trastornos afectivos, lo que marca en mayor medida el pronóstico psicosocial a largo plazo es el rendimiento cognitivo, que incluye funciones básicas como la atención, la memoria o la funciones ejecutivas. Lo que nuestros pacientes y sus familias desean no es solamente mejorar su estado de ánimo, sino, en último término, regresar a su vida anterior y poder trabajar, estudiar o formar una familia”, sentencia el director científico del Cibersam, Eduard Vieta.

FUENTE: www.consalud.es

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