El trastorno límite de la personalidad (TLP), es un padecimiento que se hace presente con mayor frecuencia entre las mujeres, y aquellas personas que lo padecen son emocionalmente reactivas, impulsivas, irascibles y explosivas, indicó Ingrid Vargas Huicochea, académica del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM.

La académica resaltó que el trato con estos pacientes es complicado y generalmente quienes están a su alrededor tienden a alejarse, y uno de los principales síntomas que se hace presente de manera invariable es la sensación crónica de vacío que el afectado no puede llenar con nada ni con nadie.

Señaló que con frecuencia se le confunde con el trastorno bipolar tipo 2, por la inestabilidad del estado de ánimo, pero en este último no cambia de un momento a otro y en el primero sí, es decir, el paciente puede pasar de la tristeza a la euforia o agresividad de manera inmediata.

En este sentido, resaltó que alrededor del dos por ciento de la población mundial padece trastorno límite de la personalidad (TLP) también denominado como ­borderline, una patología que se caracteriza por un patrón de inestabilidad en el estado del ánimo y en las relaciones interpersonales, con ira inapropiada y muy intensa, autolesiones y conductas impulsivas, incluidos frecuentes intentos de suicidio.

El TLP se presenta en mayor proporción en mujeres, con casi 75 por ciento de los casos, y a quienes lo padecen se les llega a considerar individuos de mayor riesgo o peligro, porque tienden a la agresividad y a veces a la violencia física; son irritables, reactivos emocionalmente, impulsivos, irascibles y explosivos.

Ante este panorama, reconoció que el trato es complicado y por lo regular, quienes se encuentran junto a este tipo de personas tienden a alejarse.

Vargas Huicochea refirió además que como sucede con los trastornos de la personalidad, éste se diagnostica con certeza hasta la edad adulta, cuando las características propias de la forma de ser de los sujetos se han consolidado; no obstante, puede haber indicios desde la adolescencia.

El psiquiatra comentó que en el TLP los cambios en el estado de ánimo usualmente son reactivos, es decir, responden a algún problema o situación ambiental, tienden a relacionarse con problemas con la pareja, los padres, la familia o con alguna noticia impactante.

Para que ocurra el trastorno límite de la personalidad debe existir un componente genético, pero también contribuye el aspecto ambiental. “Algunos estudios refieren que ciertas crisis o eventos de vida pueden ser un factor de riesgo para desarrollarlo, por ejemplo, el abuso sexual en la infancia, sobre todo si fue repetido y constante. En este tipo de situaciones hay hiperactivación del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA), que se vincula con las reacciones al estrés”, expuso.

Pero no todas las personas que han sido expuestas a un abuso sexual desarrollan trastorno límite, ahí es donde entra la parte hereditaria y es cuando en un cerebro vulnerable una condición de vida grave puede derivar en este padecimiento, dijo.

FUENTE: www.cronica.com.mx

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