Organizaciones de todo el mundo apelan a la concienciación para prevenir el alarmante aumento de casos de anorexia y bulimia

La comida puede convertirse en una pesadilla para quienes padecen algún desorden alimentario, como la bulimia y la anorexia, trastornos que afectan cada vez a más niños y más pequeños. Las consultas que tratan estos desórdenes ya tratan a pacientes de menos de 8 años y los especialistas advierten que la tendencia es a la alza.

En España, un 12% de la población sufre algún tipo de desorden alimentario, un problema que está aumentando de forma preocupante entre los niños y adolescentes, y que los especialistas califican de “atarmante”. Hoy se celebra el Día Mundial de Acción por los Trastornos de la Conducta Alimentaria, en el que participan más de 200 organizaciones de 40 países de todo el mundo, y que tiene como finalidad de sensibilizar a la población sobre la gravedad de trastornos como la bulimia, la anorexia y la vigorexia, y de la necesidad de estar atentos a las señales de alarma para intervenir de forma precoz.

“Cuanto más tiempo se retrase la intervención, más larga será y peores resultados tendrá”, advierte la psicóloga María Ferreiro, directora del Instituto de Tratamiento de la Conducta (ITCA), con sede en Vigo, que se suma a esta acción mundial con una charla en la que se explicará qué son los trastornos alimentarios. Y lo que es más importante, cómo prevenirlos y detectarlos.

“El objetivo de este día es crear conciencia para prevenir la aparición de problemas de conducta alimentaria, que cada vez son más frecuentes y afectan a personas cada día más jóvenes. Ya no es raro tratar a niños y niñas de 8 y 9 años, e incluso más pequeños. Yo he tenido incluso un paciente de 7 años”, alerta la psicóloga, para quien es vital controlar el acceso de los menores al contenido en internet para evitar que caigan en páginas pro-Ana y pro-Mia, que fomentan métodos y dietas para perder peso que pueden resultar muy peligrosas para la salud. “Los chicos están sometidos a un bombardeo constante sobre modelos de cuerpos perfectos y no se fomentan otras cualidades que no se sean las físicas. Sin embargo, hay que hacerles ver que tú puedes ser lo que quieras, pero no como quieras, porque el físico ya tiene una importante carga genética”, explica la psicóloga.

Detrás de todos estos mensajes subyacen intereses comerciales, advierte, aunque reconoce que no es fácil contraatacar cuando detrás hay una poderosa maquinaria. Sin embargo, asegura que en la sensibilización está la clave para atajar un problema cada vez más frecuente. “La prevención es fundamental, y esta se consigue desde la información y la educación”, insiste.

Esta psicóloga recuerda que detrás de los problemas alimenticios hay factores que predisponen a padecerlos, como ciertas prácticas deportivas altamente competitivas, baja autoestima, depresión y perfeccionismo, pero también factores desencadenantes, como puede ser el estrés, la insatisfacción y el sobrepeso. “Incluso la propia adolescencia, con todo lo que supone de cambio para la persona puede ser otro desencadenante”, añade.

Si no se tratan, las consecuencias pueden ser muy graves, desde la propia inanición a la afectación del sistema inmunológico, debilitamiento muscular, arritmias, trastornos del sueño e incluso se cree que podría estar relacionado con problemas en la hormona tiroides. Además, estos trastornos ocasionan también problemas emocionales como irritabilidad, depresión, sentimiento de culpa e incluso vergüenza.

Como dato positivo, esta especialista apunta que es posible superar los problemas alimentarias reorientando las actitudes relacionadas con el peso y la imagen corporal. “Si el niño empieza a comportarse de forma distinta ante la comida, a ‘tontear con la comida’ como se suele decir, hay que estar atentos porque podría ser una señal de que algo pasa”, recomienda.

FUENTE: www.farodevigo.es

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